BAU Estudio Arquitectos tiene su origen en el año 1974 con el comienzo profesional del arquitecto y urbanista José Emilio Bretón García, que tras cursar sus estudios en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, de la Universidad Politécnica, abre despacho en Avilés. En la actualidad se han incorporado al estudio José María Bretón Fernández y Miguel Bretón Fernández, ambos también arquitectos y urbanistas por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid que, desde entonces, trabajan juntos y en equipo.

Desde la fundación del estudio, han sido muchos los trabajos por toda la geografía española, en especial Asturias. Han sido numerosos los proyectos y direcciones de obra a lo largo de los años, destacando en su trayectoria la arquitectura residencial, industrial, comercial, educacional, de oficinas, hoteles, rehabilitación, reformas, locales comerciales, urbanismo, gestión del suelo y diseño.

Nuestra experiencia en el campo de la edificación está avalada por el proyecto y dirección de más de 3.200 viviendas en unidades de arquitectura colectiva residencial; 45.000 metros cuadrados de superficie comercial en edificios de viviendas; 3.900 unidades de aparcamiento en edificios residenciales; o los más de 250 locales comerciales particulares entre otros trabajos.

Entendemos el proyecto como parte fundamental de una obra, su piedra angular. Son las decisiones que se toman en esta fase inicial del proceso, las que producen un resultado que se ajusta tanto a las necesidades del cliente, como al imprescindible uso óptimo de los recursos. La arquitectura y el urbanismo entendidos como arte y ciencia, un bien social, considerando fundamental la relación entre el cliente y el arquitecto para que el resultado consiga la excelencia de un buen trabajo, ese "mejor posible" imprescindible.

Integración de la Naturaleza, el arte y la técnica, desde el origen del proyecto hasta su desarrollo y ejecución final. Lugar, espacio, estructura. Unidad de las partes en un todo. Humanismo, respeto, intención...

"Los caminos a la sencillez son complejos, lo complicado se queda en el camino"


lunes, 11 de marzo de 2013

La nueva Ley de Dinamitación Profesional


   Uno nunca dejará de sorprenderse en este país  que es único: te levantas  por la mañana, acudes al estudio a trabajar y, oh sorpresa,  te plantan delante el borrador para la nueva  Ley de Servicios Profesionales. Este,  al menos en lo referente al campo de la Arquitectura,  podría calificarse de surrealista y, en momentos dados,  delirante. Tras  la primera reacción de susto, uno se queda perplejo:  no sabes si reír, llorar o, directamente, pellizcarte para despertar.  De la noche a la mañana,  y con ese irracional   texto  en cartera, un ingeniero naval va a poder redactar proyectos de hospitales,  un ingeniero técnico agrícola rehabilitar monasterios o, los siempre sapientes y multidisciplinares  ingenieros industriales, crear y firmar las nuevas “Unite d'habitation”  por las que tanto tiempo llevan luchando.  Y me hago una pregunta:  ¿por qué nunca les ha dado a los arquitectos por proyectar  aviones  o dirigir líneas de laminación siderúrgica? Ah, claro… que espeso se pone uno a veces: será porque se preparan para otra cosa.

   El Ministerio de Economía, y es que parece de chiste,  ha lanzado un borrador para la nueva Ley de Servicios Profesionales. La aprobación de este despropósito  derivaría en el caos total en lo relativo a la edificación arquitectónica. Este  engendro ciclópeo adultera  el ejercicio en España de una de las bellas artes, potenciando la pérdida de calidad para con la sociedad y la devaluación  de uno de los estandartes de la cultura española: la Arquitectura.  Este anteproyecto de ley vuela en mil pedazos la Ley de Ordenación de la Edificación, instrumento ordenador de la edificación con bastante  más sentido común que el mentado adefesio. Defenestra la Arquitectura y da alas a una pútrida  y equivocada liberalización sin sentido:  Señor  De Guindos, ¿le parece poco que ya haya en España , a día de hoy, más de 60.000 arquitectos titulados? ¿Le parece poco liberalizado el sector?  En 1.970 eran poco más de 3.600, que no llega ni al 6% actual.  ¿Liberalizar el qué? ¿A quién quiere tomar el pelo usted, señor ministro? ¿O es que considera  imbéciles a estos profesionales españoles?  Es una iniciativa  en pro de  casi nadie, y en contra de todo un colectivo profesional y de una sociedad que se merece la excelencia, lo mejor posible. De nuevo, y  aunque ya no sorprenda,  un grupo de  políticos  que en su actuar dan muestras  de no saber  ni por donde sale el sol, quieren reescribir la Historia, esta vez a costa de este noble arte.  O quizá, y entonces le pido disculpas, estamos algunos muy confundidos y usted quiere dar respuesta a algo tan urgente y demandado por los españoles:  que por ejemplo, y con todos mis respetos a estos profesionales,   un  museo de arte antiguo   lo pueda  proyectar, dirigir y firmar un ingeniero técnico forestal.  Ver para creer…

   Señores diputados, políticos varios de todo signo y condición, legisladores: ya está bien de hacer el ridículo ante el mundo. La formación de un arquitecto en España es, al contrario de otros países de la UE,  integral.  Su plan de estudios es amplio y variado: matemáticas, dibujo y proyectos; arte, estructuras y construcción. Desde la gran escala del urbanismo a la pequeña del detalle de construcción.   Formado para entender todas las partes de una obra como una unidad,  se prepara para  proyectar instalaciones, estructuras y todo lo necesario para  el control, en todo momento y con el ser humano como centro,  de todas y cada una de las partes que forma un proyecto: ¿o es que hay alguna otra manera de entender a un buen  arquitecto?  La Arquitectura es tanto un arte como una disciplina técnica  de formación  amplia y compleja. Este debate parecía que ya estaba superado, pero parece que hay a quién no le gusta aceptar la realidad. Y si  en España el nivel medio de la arquitectura es alto, será porque está proyectada y dirigida por arquitectos con planes de estudio coherentes.   Se están cargando la Universidad Pública y ahora quieren hacer lo mismo con sus profesionales.  Y es pavoroso que haya que subrayar lo que es de “perogrullo” y esta ley quiere arruinar.

   El Ministerio de Fomento apoya esta postura que aquí defiendo, apoya la Ley de la Ordenación de la Edificación, está con la arquitectura.  Pónganse entonces de acuerdo, señores del Gobierno, y dejen de dar una imagen que deja mucho que desear.

   Si George Orwell, o el mismísimo Vitruvio,  levantaran la cabeza en un futuro no muy lejano, se podrían encontrar  un panorama que,  gracias a  iniciativas legislativas como esta, sería de locos:  a veterinarios practicando cirugía estética en Marbella, dentistas operando a corazón abierto en el Gregorio Marañón,  O, quizá,  a un ingeniero aeronáutico restaurando la Catedral de León. Y esta última, compatriotas, puede no ser ficción si este borrador de ley se aprueba.  Una cosa es la liberalización y otra esta delirante anarquía…

   De cuajar esta ley, y a lo referente a la arquitectura me refiero, empobrecería, aún más, un panorama arquitectónico actual no siempre luminoso. Si los arquitectos titulados estamos muchas veces tuertos en nuestra compleja y ardua  labor, para que hablar de estos posibles nuevos invitados que no han sido preparados para ello. Y el que quiera proyectar, firmar y responsabilizarse por de las mismas, ahí tiene una infinidad de Escuelas de Arquitectura donde estudiar y formarse.

   Si las leyes  tienen vocación de reglar y ordenar las actividades de la sociedad, creo que no hay que ser un premio Nobel para darse cuenta de las cosas.  Defendamos que los ingenieros proyecten y ejecuten sus ingenios,  garanticen con la ley el buen desempeño de sus labores en sus respectivos campos. Y protejamos, también,  lo que es de justicia para todos: que sean  los arquitectos  los que sigan haciendo Arquitectura.

 Miguel Bretón Fernández

 Publicado en La Nueva España el día 10 de Enero de 2013
  http://mas.lne.es/cartasdeloslectores/carta/12282/nueva-dinamitacion-profesional.html

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